España y su 'incierta incertidumbre'

Las exportaciones han adquirido tal peso en el PIB español que ya «no cabe considerarlas un vector marginal, sino un motor real de la recuperación», la reforma laboral permitirá generar empleo con un crecimiento de apenas el 1,2% del PIB y el Gobierno «podría y debería» impulsar la creación de un fondo que suministre financiación a corto plazo a las pymes para potenciar la recuperación del país.

Estas son las tres principales apreciaciones del último informe de Freemarket Corporate Intelligence, la consultora que preside Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista y académico del Cato Institute y columnista del suplemento MERCADOS de EL MUNDO. Éste es el primer informe estratégico completo que Freemarket elabora desde que Mariano Rajoy llegó al poder a finales de 2011.

El documento arranca con una frase que está haciendo fortuna en los análisis de actualidad: España está instalada en una situación de «incierta incertidumbre», una «redundante paradoja» donde hay factores que avalan una recuperación, pero también subsisten evidentes «flancos de vulnerabilidad», sobre todo respecto a Europa (Italia, Chipre...) y a la sostenibilidad de la consolidación fiscal.

Y aunque el informe apuesta por dos variantes -con una caída del PIB del 1% en 2013 en el escenario esperado y del 1,8% en el escenario agravado-, en términos generales sus autores se inclinan por apreciar numerosos signos de que el ciclo recesivo estaría llegando a su fin.

Como otros analistas, Freemarket también se apoya en el buen comportamiento del sector exportador español «para compensar el hundimiento del mercado doméstico» y aprovechar la bajada de los costes laborales unitarios. Pero destaca un dato poco difundido: que las exportaciones ya suponen el 33,1% del PIB español, un porcentaje superior a la media de los países de la OCDE y récord histórico en nuestro país desde el año 2000 (ver gráfico).

Alcanzada esta magnitud, las exportaciones ya no son un elemento marginal que adorna nuestra economía, sino un factor clave. El informe considera que pueden tener «un efecto arrastre sobre la inversión en bienes de equipo lo que contribuirá a estimular la aportación de ese componente al aumento de la demanda doméstica». También hay que destacar que los destinos de nuestros productos se están ampliando. Exportar se ha convertido hoy en el único signo que en España dice «salida de la crisis por aquí».

Otra aportación del estudio tiene que ver con su afirmación de que «la liberalización del mercado español de trabajo ha contribuido a mejorar de manera sustancial la Ley de Okun». Esta ley, que mucha gente cita sin conocer su nombre, es una constatación empírica que señala la correlación existente entre los cambios en la tasa de desempleo y el crecimiento económico. Fue formulada en 1962 por el economista estadounidense Arthur Okun. De acuerdo con esta ley se acostumbraba a decir que en España se necesitaba que el PIB creciera a un 2,5% para empezar a crear empleo. «Con el nuevo paradigma», sostiene Freemarket, «sería suficiente un crecimiento del PIB del 1,2% para conseguir que la economía comenzase a crear puestos de trabajo».

El informe aboga por la creación de un fondo mixto de capital público y privado para asegurar financiación a corto plazo para las pymes que son solventes pero no pueden acceder a la financiación bancaria mientras el sistema financiero acaba de restañar sus heridas.

Freemarket es muy severa con el ajuste fiscal que considera insuficiente. «El proceso de consolidación fiscal que España necesita ni está finalizado ni es sostenible sin medidas de mayor calado», asegura. El tipo de recortes y de aumentos de impuestos emprendidos por el Gobierno «no garantizan un saneamiento duradero de las finanzas públicas y constituye una importante restricción para la recuperación de la economía».

Así como «la existencia de un Gobierno con mayoría absoluta y comprometido con la ortodoxia macroeconómica y las reformas estructurales constituye un ancla de estabilidad», las dudas sobre la solidez de la consolidación fiscal siguen delatando un viejo problema que el Gobierno no quiere abordar de frente: «El desequilibrio presupuestario no tiene su raíz en el descenso de los ingresos provocado por la recesión, sino en un excesivo volumen de gasto público originado por un tamaño del Estado cuya reducción es imprescindible».

john.muller@elmundo.es